GWAR desata caos, sangre y sátira política en Riot Fest

Los veteranos del shock rock volvieron a hacer suyo Douglass Park.

Foto: Riot Fest

Los autoproclamados guerreros intergalácticos de Richmond, Virginia, volvieron a imponer su ley en Riot Fest, y como cada año, lo hicieron con sangre —literal y figurada. La presentación de GWAR el domingo fue un show multimedia, teatral, vulgar y completamente imposible de ignorar.

Desde el primer tema, el público quedó empapado en los tradicionales chorros de líquido rojo que brotaban del escenario, mientras la banda desataba una serie de parodias que satirizaban desde figuras del entretenimiento hasta conflictos internacionales. Sean “Diddy” Combs, Benjamin Netanyahu y hasta Taylor Swift fueron blanco del humor irreverente del grupo.

Uno de los momentos más provocadores llegó cuando un personaje disfrazado de Netanyahu irrumpió en escena para exigir la liberación de un niño “rehén”, lo cual derivó en una absurda “boda” entre bebés como solución al conflicto… justo antes de tocar “Hail, Genocide!” Sin filtros ni medias tintas, la sátira de GWAR no se guarda nada.

La parodia a Taylor Swift fue igual de grotesca: embarazada, luciendo el jersey #87 de Travis Kelce, afirmaba que el hijo era de Balsac the Jaws o’ Death. Él lo negó, sugiriendo que podría ser de Dave Grohl. El bebé resultó ser un balón de fútbol… extraído por John Goblikon de Nekrogoblikon. Caótico, incómodo, y 100% GWAR.

Musicalmente, la banda presentó un set sólido con clásicos como “Maggots” y “Immortal Corrupter”, además de nuevos temas como “Berserker Mode”. Y aunque el espectáculo fue ridículamente grotesco, también fue —como siempre— una sátira contundente y sin censura sobre los absurdos de la realidad.

GWAR no solo es una banda; es una institución dentro de Riot Fest. Y como quedó claro una vez más, no hay nadie que se acerque a su nivel de irreverencia ni a la cantidad de sangre falsa por minuto.